Historia

La historia de Estoril comienza en 1967 cuando mi padre, que por aquel entonces trabajaba en la Cafetería Altamira de Salamanca, tras la sugerencia y la ayuda del primo Loreto Mangas, decide emprender una nueva aventura en Ciudad Rodrigo. 

En primer lugar abre una cafetería que posteriormente dará lugar al Restaurante. Ese mismo año conoce a mi madre en un baile de las fiestas de Fuenteguinaldo. Un amor de los de antes, a fuego vivo, que fructifica rápidamente y termina en boda el año siguiente.
Desde ese mismo momento emprenden su vida profesional juntos, en el que por aquel entonces fue el primer restaurante que se montó en el centro histórico de de Ciudad Rodrigo.

A lo largo de su trayectoria por allí desfilan diferentes personajes, que poco a poco terminan convirtiéndose en amigos. Personalidades como Sánchez –Terán, Manolo Mena, Adolfo Suárez, El Capitán Morales, artistas como Lole y Manuel o Alaska y toreros como Pedro Martínez Pedrés, Emilio Ortuño “Jumillano“, Santiago Martín “El Viti”, Amadeu Dos Anjos, Julio Robles, José María Manzanares, José Luis Ramos o Jorge Manrique.
Mi padre siempre destacó por su elegancia en el servicio y sus grades dotes para la coctelería. El tándem perfecto lo completaba mi madre, dotando de magia y alma cualquier guiso que salía de la cocina. 

Su trayectoria comenzaba como cocinera en San Sebastián, para posteriormente dirigirse a Biarritz o Burdeos, donde desarrollo su especial habilidad para compaginar la cocina vasca con la francesa. La calidad de las elaboraciones y el trato al cliente dieron sus frutos y el negocio también amplio sus servicios, hasta el punto de llevar a cabo multitud de bodas en Ciudad Rodrigo y comarca en espacios como: El Club Juvenil, El Casino Mirobrigense, La pista de verano de Bolonia o Amayuelas.
Yo siempre me he dedicado a la hostelería y ya en 1992 me marché a Cataluña, donde en un principio trabajé como camarera, hasta que en el 1996 volví a Ciudad Rodrigo para trabajar con mis padres.
En el mes de abril del 2004 se cerraron para siempre las puertas del que había sido hasta entonces el Restaurante Estoril, para en septiembre de ese mismo año, reabrir en su nueva ubicación. Es entonces cuando tomo el relevo de mi madre, a la que debo toda mi cultura gastronómica y de la que aprendí decenas de recetas, que no solo habitan en mi cabeza, sino que hoy en día siguen estando presentes en nuestra carta.

Al continuo y vital aprendizaje ofrecido por mi madre, hay que sumarle el privilegio de formarme en algunas de las mejores cocinas, como El Celler de Can Roca, Lera en Castroverde de Campos, La Estrella del Bajo Carrión o La Hostería Don Fadrique. Es por ello que a día de hoy me puedo considerar una cocinera completa y todoterreno, que vive su mejor momento professional.

un paseo por la historia del estoril